lunes, 4 de febrero de 2008

Vos le das????




No puedo hacer un chiste, juro que lo intenté pero la verdad es que el tema no da para eso. Volvía de Capital cabeceando y una nena pretendía saludarme de prepo y manguearme dándome una tarjetita, que la verdad no tomé y tampoco leí. Pienso, siempre pienso y no termino de resolverme, de encontrar una respuesta única y satisfactoria para tal dilema: "¿Les damos o no unas moneditas?" En general pienso que cada uno tiene su respuesta y sus razones y son todas muy distintas y válidas o correctas a la vez. Algunos dan, porque se conmueven con los chicos, porque les caen simpáticos, porque si, nomás. Otros no les dan, porque consideran que afanarte la infancia es algo tremendamente nefasto y cruel y es una llana y clara explotación infantil, porque no tenés monedas para el bondi, porque si tuvieras la fortuna de tener un hijo, núnca lo someterías o expondrías de tal manera.
Como ven, todas las respuestas parecen buenas, la verdad es que no lo se, no tengo idea si alguna de ellas es correcta. Yo opto por no darles, y aunque imagino cómo será su vuelta a casa, también pienso en ese adulto que se queda esperando la ganancia del día sin salir a buscar trabajo. Me da bronca, no me lo banco.
Y pasan los gobiernos, pero ello quedan, siempre están ahí.

8 comentarios:

Adolfo Calatayu dijo...

Querida Silvina: todas las respuestas son verdaderas y genuinas,válidas,a excepción de la que vos comentás,la del canalla,adulto,que organiza,espera y usufructúa esta miseria cotidiana.
Un post sublime,como diría Pablito,pero de verdad.
Muchos cariños,linda

Silvina Mora dijo...

Es verdad, pero lamentablemente, el adulto está en una esquina mandando a sus hijos a mangar, sin importarle lo que pudiera pasarles, triste. Yo supe de gente que condenaba a sus hijos a la invalidez total y absurda (porque siempre hay gente buena que te da una mano) por el sólo hecho de que con un pibe postrado se gana más. Un bajón.
Gracias por estar siempre ahí, un beso!!!

Cecilia Gauna dijo...

querida amiga;
usted ha abierto un forum que puede durar siglos.
Yo soy de las que da, porque siento que es mi miserable aporte para paliar la situaci�n de estos ni�os, hijos de la miseria.Es cierto que detr�s hay adultos que explotan pero m�s atr�s ellos tambien han sido explotados, violados o abandonados y las pol�ticas al respecto desde las "altas esferas" siguen siendo tibias o nulas.
FELICITACIONES POR EL BLOG HERMOSA
CECI

Romy dijo...

sabes?, me parecio interesantísimo, y siempre me encuentro ante ese dilema cada vez que se para ante mi un niño que pide. lo vivi en Buenos Aires y ahora lo vivo en Santo Domingo....¿darle o nod arle?...creo que no hay un parametro que diga esta bien o mal darles....pero yo prefiero darles...pero no callar mi conciencia o mi bronca con una moneda, sino seguir siendo criticos de esa realidad...
he trabajado en Constitución muy de cerca con esta realidad y se lo que espera en casa cada vez que regresan...y también he vivido el hambre en el estomago...por eso, prefiero dar...no puedo cambiar su realidad en lo inmediato, pero tampoco puedo dejar de mirarlos.

muy buen blog!

Silvina Mora dijo...

Oa Ceci!!! Gracias por tu comentario!!! Y es que nunca es suficiente, no? Me parece bien que uno contribuya con su parte, después de todo, eso hace a un todo y es lo que hace la buena gente también. Osss!!!!
Besinis!!!

Silvina Mora dijo...

Oa!!! Y gracias, Romy por escribirme. Qué buena idea la de Adolfo, no? Es como vos decís, y no es que me desdiga, pero yo conozco esas caritas y los ojos llenos de nada, y aunque no la pasé tan mal, no se lo deseo a nadie y mucho menos la explotación de los chicos. Gracias y nos estamos leyendo!!!

Anónimo dijo...

Muchas veces, antes que dar dinero y tratándose de niños, invité a comer. Algunas tuve éxito, la mayoría no. Las que no, me devolvieron burlas, enojos o desprecio: querían dinero...aunque pedían para comer.
La sensación de impotencia frente a esos disparates, en ambos casos, me subleva.

Cecilia Gauna dijo...

Tinez
Sabes que creo?
que esas actitudes de enojo burla o desprecio que te sublevan las avalamos con nuestro silencio comodidad y pasividad.
Un saludo
ceci