jueves, 26 de julio de 2007

El amor en los tiempos del cólera

La docencia da para todo!!!! Y es que uno al ser docente se compromete con el constante "dar y recibir". Por supuesto que ésto no es sinónimo de asistencialismo, no estoy hablando de eso, pero digo yo, ¿dónde está el límite? ¿cuándo uno deja de ser docente para seguir siendo un ciudadano común, capáz de enamorarse, de putear como Dios manda?!!! Al parecer la respuesta es: NÚNCA!!! La sociedad y los mitos urbanos nos han encasillado en esta profesión sin permitirnos la pornografía, el cansancio, la desprolijidad,la vida nocturna... Relegándonos a la simple y meticulosa vida que se supone debe tener un docente(¿?)

O es la vida que llevamos? Digo, ésto de dar para hacer política, bueno, politiquería, dar por demagogia, para sentirse bueno o menos culpable, creo que es la clave de la exigencia desmedida que recae sobre el docente. Es decir, a mí no me importa sacar piojos y enseñar la higiene y profilaxis, no me sonroja hablar de prevención de embarazos o de enfermedades de transmisión sexual, lo que me molesta es que un alumno no entienda un "NO". ¿Cómo puede ser? ¿Núnca nadie les dijo que no? Y los padres, siempre cubrieron sus caprichos? Explico al amable lector que probablemente se pregunte, qué clase de loca trabaja en una escuela? Procedo: el año pasado, en un noveno año, tuve unos cuantos alumnos en las mesas de exámen de diciembre y un de ellos hizo un exámen muy pero muy malo! Le dije que no había aprobado y que estudiara para febrero.Lejos de aceptar la calificación y preguntarme dudas o ver los errores, me volvió a preguntar la nota, que por supuesto era la misma!!!!! (1) No resignada, me trajo a su hermana mayor y le expliqué nuevamente todos los detalles. Finalmente, unos días antes del exámen, nos encontramos en la calle, se acercó, me pidió disculpas y me dijo que estaba estudiando. Llegó el tan esperado día y rindió bien!!!.... Esta historia tuvo un final feliz, pero no siempre es así.
Pese a todo, sigo. No por simple persistencia, sino por esperanza, porque creo en la gente y por amor, aunque los tiempos no acompañen.

1 comentario:

Adolfo Calatayu dijo...

tenés mucha razón !!!! ocurre también en otras profesiones, sin embargo en la de docente se ve más.