Durante las prácticas, investigábamos, inventábamos y confeccionábamos planes de estudio que luego revisaba nuestro profesor de didáctica y sólo cuando éste era aprobado, se ejecutaba. Despues llegaba la crítica y la corrección, y por supuesto, siempre se encontraba una muletilla, un error, una actividad que no fue desarrollada según lo planeado. Pero eso no era más que un incentivo para seguir mejorando.
Pero hoy en día veo que todo no tiene la misma importancia, los aspirantes a docentes no escuchan a sus mayores y no aceptan críticas o sugerencias, claro que los tiempos cambian y que no todos son iguales, pero noto que algo no anda bien. ¿Seré una chapada a la antigüa? ¿Una idealista inconforme, hasta de mi mísma? ¿Se contaminó la "vocación docente"? ¿Ya no hay tanta exigencia?¿Donde están los profesores de didáctica? ... Tengo más dudas, lo que se es que es así, hay que hacer al maestro desde la "residencia" hasta el último día, siempre como el primero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario