
Hace unos años, durante mi adolescencia tuve la suerte, la oportunidad de participar de un grupo de jóvenes que visitabamos el asilo de la Madre Teresa en Zárate. Allí limpiábamos las casas de los chicos, de los abuelos, más tarde jugábamos, los despiojábamos y compartíamos momentos muy lindos! Al final del día siempre agradecíamos tanto amor y alegría recibida. Todo esto fue posible gracias a la familia Viola, que nos acercó al lugar. Espero que después de tantos años otros jóvenes sigan dándose.