Y en algún momento tenía que ser, la música también tiene su lugar, un espacio amplio, lleno de colores y que nos hace, por eso la vida más linda, más viva, más emocionante... En fin, nos dan ganas de vivirla y apreciarla más y mejor. Le debo el grato placer de conocer a éste jóven y talentoso músico a mi sensei, Adolfo, así que: ¡Gracias sensei!.
2 comentarios:
Cuánto me alegro que te guste (en realidad es mérito tuyo que puedas y sepas apreciarlo);sí,el chico YA es un maestro.
Y es argentinooooooo
Por favor Maestro!!! Es que el aikido me sensibiliza y la música se me mete por todas partes. Y si, es argentino, carajo!!!
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